Secretos sin confesar golpeándome desde dentro. Necesito ayuda, ayúdame.
Por favor, quiero caer sobre tus brazos, quiero secar mis lágrimas.
El aire frío nos rodea y nos separa. Las palabras contadas. Cada gesto se repite sin cesar en mi memoria, ojos clavados en otros, ámame.
¡No te vayas! Pero ya te has ido.
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Siempre se vuelve, tarde o temprano. Quizás.
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