Y me da pena pensar en cómo te consumes, cómo intentas escribir lo que no eres, cómo intentas cambiar, pero eres igual que siempre. No te pareces a quien quieres parecerte, y lo sabes. Lo sabes mejor que nadie. Y si crees que voy a compadecerme de ti, que voy a arroparte por la noche, que te voy a dirigir la palabra, estás equivocado. Púdrete, y seré yo mismo quien lleve tu urna de cenizas.
No me malinterpretes, no quisiera que te ocurriera algo malo. Simplemente... me aburres.
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Me das miedo, en serio. Esto no es propio de ti.
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