martes, 8 de septiembre de 2009

Imán, imán, imán

Eres tan dulcemente hechizante. Te acercas silenciosa, me abrazas por detrás y me preguntas "¿quién soy?". Yo finjo no saberlo mientras me río empalagosamente. Nunca me has dicho una palabra en contra de mí, nunca me has insultado ni has sacado a salir un defecto mío. Y aunque parezcas tan falsa y a la vez tan sincera, eres un imán para mí. Un capricho, una obsesión, un vicio. No te soporto, pero me gustas tanto que seguiré tiñendo mis palabras de rosa. Qué bonita.

1 comentario: